jueves, diciembre 04, 2008

LAS BOLAS DE TRAPERÍA

...qué insustancial me sentí como humano en el momento exacto en el que ví sobre mi cabeza (y sobre todo bajo el instinto) balancearse unas inmensas y coloridas esferas que, supongo, pretendían transmitir algo parecido a la alegría y bienestar a....¡¿a quién?! ¡Que se presente ante mí inmediatamente el hermafrodita que se excita ante este espectáculo de dantescas naderías!

La solución adelantó a mi razón y... en fin... johnny got his gun. La recortada (preciosa arma antinavideña) la obtuve del bolsillo derecho, los cartuchos del izquierdo.
Una tras otra fueron, y esta vez no poco a poco, cediendo pedazos al suelo. Uno verde (creo), otro azul (quizás) y un tercer pedazo rojo (espero)....y así reventé mi primera hilera de bolas navideñas.
Una tras otra fueron besando los pies de los paseantes que, asustados, aplaudían mi gesta regalándome un ligera sonrisa tímida, pero sincera y agradecida.
Maravilloso espectáculo de fuego y artificios expongo, de pums y sobre todo de pams, demasiados pams...el espléndido sonido de una esfera navideña al explotar.

Tras acabar con todas, sigo con mi cabeza bien alta, pero cuando llegué a la plaza me avergoncé, aunque tan solo un poco, por mis actos esquizofrénicos... hasta que un intérprete de acordeón legitimó mi obra con la melodía de "El Padrino", y eso fue lo más fantástico, lo más mejor (como bien diría un imbécil cualquiera).
Decidí sentarme con él a fumar un algo liado y así fué. Se nos subió pronto a los dos, al músico búlgaro y a mí, el chico de pelo largo. Todo iba bien hasta que pasó un grupo clásico de antisistema y uno de ellos dijo algo así como "mañana compraré la kaximba, aunque no sé, ya casi no me queda dinero para la semana porque el lunes me compré el portátil"

. . .

Rápidamente, como cabía esperar, empecé a buscar cartuchos por todas partes como un loco. No quedaban, además, ya estaban lejos los benditos antisitema y soy algo miope.
Me despedí lo más cortésmente que pude de aquel ángel de la verdad y eché a correr tras ellos.
Y el hecho de golpearles con la recortada hasta que se me cansó el brazo me hizo dejar de sentir tan insustancial....

camino con la autoridad de un rey

2 comentarios:

  1. Otro asesino suelto, que a falta de balas sigue usando el arma...

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  2. mi reacción ante la navideña decoración flotante de la trapería:
    -"pero qué *bolonchos tan feos"
    *es que a mí las palabras boloncho y gordoncho me hacen mucha gracia.
    qué pena que mis únicos disparos sean con una cámara de fotos.y esos no duelan.

    nunca te lo he dicho pero me encanta lo que escribes.espero que no pares de escribir y no sigas el ejemplo de las 100 entradas de Villa y fin.hay que convencerlo.

    :)

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