domingo, mayo 31, 2009

ingobernable e feroce

(pocas veces escribo sin música....
http://www.youtube.com/watch?v=R8MzHqkNBwo
)




No te exaltes ni te vayas, muchacha.
No te inquietes el alma que la noche
es joven para nosotros, muchacha.
No te sientas oscura que esta noche nuestra
Es oscura como todas las noches.

No te pienses desnuda en el camino
Ni te crezcas al vuelo mañanero.
No obedezcas al silbido del viento
Entre las hojas que acarician ásperas

No te enredes al verso que te nombra,
¿Qué no es estrofa ni es rima?,
¿Qué es sólo sentido expuesto y enfermo?
Tranquila observa sentada al poeta.

No te sientes en cada farola
A esperar a quien te grita,
No te sientas tan sólo farola
Si te esperan o te gritan.

Sé una flor acariciada por una línea
Que se ondee para nosotros.
Inquebrantable y feroz
Ingobernable e feroce.

Sé el nido del sexo sudado
Y del verso acostado
De los ojos entornados
Que golpean el teclado
Y escriben consternados
Al tempo pausado
De la melodía de estas, nuestras pequeñas cosas.

Y álzate y baila, báilame alzada.
Antigua compañera de otras vidas
De otros pasajes del mismo capítulo encerrado
Danza a esta música escrita en ti desnuda.

sábado, mayo 23, 2009

camina para ser feliz


entiendo que te vayas, que te tengas que ir y que no puedas eperarme. entiendo que no tengas el tiempo del mundo entero ni la vista de pájaro y que no puedas elevarte por encima del espacio, y también entiendo que al mismo tiempo vueles.
marcha, si así sientes, y si no también. sálvate ahora que puedes y quiebra tan sólo un único hueso por olvidarme (pero nunca del todo).

si quieres hacerlo, hazlo, pero deja que suceda a mi manera.

déjame verte acercándote al muelle con ese vestido blanco de bordados ocre, que no pueda apartar mis ojos de ti. déjame ver cómo ese pelo que tanto me ha hipnotizado lo haga por última vez bailando con el viento.
no olvides dejarme ver cómo saltas a esa barca que te aleja ahora y frunces el ceño por el miedo al dolor de caer al agua (pero nunca caes, nunca te dejaría).

Ahora date la vuelta mientras ese barquero te aleja de la orilla y mírame a los ojos. y no hagas nada. haz nada. mírame a los ojos mientras te vas, cómo si estuviésemos a punto de cerrar la puerta del ascensor que siempre nos separa.

permítele a mi sombrero que salte y vuele empujado por la misma ráfaga de viento que movía tu pelo y corra hacia ti y caiga justo a tu lado, pero en el agua, y se quede balanceándose un rato en esa misma porción de agua que le ha tocado sentir empapando sus costuras. Deja que mi sombrero haga eso, porque yo no me atrevería a ir corriendo hasta el borde del muelle y saltar al agua y nadar hasta a ti mientras tú te alejas y me ves nadando sin inmutarte pero sintiendo lo mismo que yo, sin poder apartar tu mente de la mía.
y darte alcance, alcanzarte. y agarrar el borde de la barca y hacer que todo caiga y tú conmigo al agua; y nos bailemos el agua y bailemos en el agua y cerremos los ojos y agitemos las piernas para mantenernos a flote. y démonos ese beso que tanto se escapa de esos labios que tanto se alejan ahora de mí en esa barca mientras que un par de pupilas reflejan mi imagen en sus cuerpos.

mi quietud.

mi no poder dejar de sentir.

mi larga chaqueta ondeada por el viento juguetón con el que tanto hemos jugado y que ahora, triste, intenta alegrarse el día haciéndome carantoñas para que extienda mi mano y juegue con él, ya que tú te has ido, y no puede jugar con tu pelo... ¡con lo que le encantaba!...

y ahora el viento llora mientras me tira del pelo y de mis ropas y rompe el muelle por el que te has ido, eva.

martes, mayo 05, 2009

rugiendo en la madrugada


eran las mil y no sé cuantas de la noche oscura del culo sucio y el cenicero lleno de colillas de camel y chesterfield, una por cada sentimiento expuesto.
eran 4 los coches que circulaban despiertos todavía, demasiado tarde para gente cuerda despierta.
veníamos emocionados como adolescentes y con muchas ganas de pisarle a este ataúd con ruedas que es mi coche y pasar por al lado de la negra y esbelta figura y guiñarle un ojo al enseñarle el corazón de la mano derecha.

íbamos
muy
ciegos
a mierdas de muchos colores
y
tex
turas.

índice indica la explícita mano del asfalto que se alzaba y nos miraba. saltó el vehículo un poco con nosotros dentro y al tercero en cuestión le dió un casi infarto.

confía en él, le decía mientras le sonreía tranquilizador, pero sabiendo que la emoción le paraba el sudor de las manos y el miedo al mismo tiempo al conductor de esta bala de amor y dolor.

tan pronto como aquella cabra al volante acariciaba circunferenciante al volante, masturbaba a su freno de mano y las ruedas besaban el suelo dejándolo untado de un carmín negro. la gente, desde sus camas, acostada, pensaba en que otro insensato de diecitantos años le había pillado el coche a papá para hacer una expedición; pero claro, ¿cómo lo iban a imaginar? ¿quién diría a quién que el mismo diablo se había metido en el cerebro de este piloto?

carrerteras de trasvase para poner a prueba manojos de nervios, autovías para hacer temblar el cuerpo sin moverlo y reirnos de los rádares que nos miraban desesperados, poligonos industriales para hacer gritar a algún guarda de seguridad y provocar a los amantes de sirenas a que vengan a buscarnos. desaparecer entre la niebla y volver a saltar desde el aire para dar un puñetazo al asfalto y marcar territorio.

torcíamos y poníamos a prueba la realidad a nuestro antojo, y nuestro antojo no es de los que se contenta con un fajo o con levantar algún refajo y besar el cielo con pelo...
no.

para colmo descontrolado, el desamor imparable de este piloto loco detonó el plomo de las venas y...
imagino el resultado y me eyaculo encima.

pensé en tranquilizarlo, pero ... tenía ya tantas cosas hechas y tan pocas sensaciones conocidas por llevar a cabo y tantas ganas de experimentar choques bruscos en este hastío aburrido que...llega un momento venéreo en el que te planteas que no mueres porque...

y de repentes sientes que los dementes burbujean indecentemente dentro de tu tarada mente intermitentemente cuerda y psicópatamente suelta...


vuela


-eh, tú, haz lo que tengas que hacer. Estoy preparado.
- ¿a qué te refieres?
- haz lo que tengas que hacer.

un motor ruge en la noche y desgarra el apacible mundo nocturno