Te lo voy a contar.
El cólico de fé se me amontona en las sienes y me galvaniza las vértebras. Galvanizadas y oxidadas vértebras que sólo se mueven para dolerse y sangrarse.
Es el mismo Dios el que se me agarra a la cabeza y pretende quebrarme el alma y reventarme el cráneo a base de presión; y sólido de odio le escupo indemne. Le grito "olvídate de mí y muere" y lo veo evaporarse en piedra viva.
Son los efluvios de un alma blanca, que se me agarran y me quieren dormir para que no dé a la luz más oscuridad limpia de amor, vacía, vacua como el cerebro de mi especie. Es el mismo Creador que se arrodilló ante mí para engendrarme el que ahora me quiere dormir a base de dolor blanco, repito, que no es más que amor. Y es blanco para que duela más, para que sea más visible la sangre de mi alma en el suelo y en las paredes que se extienden hasta el pensamiento.
Es negro el cielo si hoy río, para moverme a mi antojo; pero si brilla con esplendor y me sonríe a la cara, temo desesperado balanceándome autista en un rincón de mi cuerpo. Arrojo el miedo e introduzco el principio del amor y me enamoro de mi secuestrada ausencia de mí mismo para viajar al galope en pos de mi balancearme inerte bajo el techo que me limpia los ojos de sabiduría y me reina de caos.Caos.
y ya que el caos es el lugar común de nuestra existencia desorientada...
jueves, junio 03, 2010
lunes, mayo 24, 2010
siglo de las luces hecho carne
si ella no lo reconoce me es indiferente. puedo perseguirla recitándole poesía, nunca me ha dado miedo la muerte.
los cuerpos sutiles de otros cuerpos se me suben al pecho y me presionan con tal ímpetu que borran la decencia. ¿cuántos cuerpos necesito para dejar de sentir? ¿cuándo se desgasta mi amor? eva es una especie en extinción, y cada vez más lejana, perdida en la tierra; y yo, su hermano de sangre vacilante, amante del sueño idílico del paraiso, abrazante de mañanas, acomodador de, otra vez, sueños...
¡malditos acomodadores! nunca fuí consciente de su importancia: guían a los cuerpos a un lugar concreto mediante la luz. saben manejar lo físico tangible mediante lo etéreo volátil de una luz, de la Luz
y es tan intensa que me pesa el pecho y me duele, se me hunden los párpados y las cuencas vacías se llenan de luz desgastadora. puedo empezar a brillar a través de los poros de la piel. y lo hago; de cada poro un halo, de cada halo un llanto. y elevarme, ser elevado y elevarse hacia el suelo, hacia casa. de las palmas de mis manos sale la energía que compone el universo, mientras que el universo entero se concentra en lo alto de mi corona. puedo dibujar colores en el aire, hacer celdas de magnificencia onírica y revivir a un muerto. puedo hacerlo. puedo concentrar todos los males en un punto concreto y golpearles hasta que se hinchen y exploten, pero ... ¿y si no explotan? ¿y si me vuelvo loco enredado en las sábanas de mi propia mortaja? pues que me den por culo, el caso es hacer que pasen cosas.
Para ser hay que estar, todo depende de lo que entendamos cada uno por estar.
¿eva, estás?
y una luz inquisidora de flexo te penetra el cráneo hasta atravesarlo manchando la pared con tu antigua sombra.
los cuerpos sutiles de otros cuerpos se me suben al pecho y me presionan con tal ímpetu que borran la decencia. ¿cuántos cuerpos necesito para dejar de sentir? ¿cuándo se desgasta mi amor? eva es una especie en extinción, y cada vez más lejana, perdida en la tierra; y yo, su hermano de sangre vacilante, amante del sueño idílico del paraiso, abrazante de mañanas, acomodador de, otra vez, sueños...
¡malditos acomodadores! nunca fuí consciente de su importancia: guían a los cuerpos a un lugar concreto mediante la luz. saben manejar lo físico tangible mediante lo etéreo volátil de una luz, de la Luz
y es tan intensa que me pesa el pecho y me duele, se me hunden los párpados y las cuencas vacías se llenan de luz desgastadora. puedo empezar a brillar a través de los poros de la piel. y lo hago; de cada poro un halo, de cada halo un llanto. y elevarme, ser elevado y elevarse hacia el suelo, hacia casa. de las palmas de mis manos sale la energía que compone el universo, mientras que el universo entero se concentra en lo alto de mi corona. puedo dibujar colores en el aire, hacer celdas de magnificencia onírica y revivir a un muerto. puedo hacerlo. puedo concentrar todos los males en un punto concreto y golpearles hasta que se hinchen y exploten, pero ... ¿y si no explotan? ¿y si me vuelvo loco enredado en las sábanas de mi propia mortaja? pues que me den por culo, el caso es hacer que pasen cosas.
Para ser hay que estar, todo depende de lo que entendamos cada uno por estar.
¿eva, estás?
y una luz inquisidora de flexo te penetra el cráneo hasta atravesarlo manchando la pared con tu antigua sombra.
jueves, mayo 06, 2010
Táctica y Estrategia
Recuerdo que era un enano cuando empecé a desarrollar mi táctica estrella. No tendría más de cinco años cuando empezaba a brillar mi talentosa cualidad.
Era verano y yo pasaba siempre unas semanas en casa de mi abuela, y mi abuela, como todas las abuelas (y sobre todo siendo yo su primer nieto) se empeñó en ayudar a mi madre en mi educación.
Yo, a mis cortas entendederas, entendí que la educación que me querían dar mis abuelos se reducía a comer con la espalda recta, usar correctamente los cubiertos, no molestar demasiado, jugar incansablemente y, sobre todo, dormir la siesta. Joder, eran abuelos, debían inculcar eso de la siesta!
Mi abuela era la responsable principal de transmitirme este conocimiento; siempre me convencía diciéndome que no íbamos a dormir, que íbamos a descansar un rato (nunca entendí eso hasta que pasé los dieciséis). mis cálculos y elucubraciones varias me llevan a pensar que después de haberme sentido estafado varias tardes, empecé a desarrollar la habilidad de la que hablaba.
Todo comenzaba haciéndole notar a mi abuela mi calor, pudiendo así alejarme un poco en la cama. Poco a poco iba deslizando mi grácil cuerpo de niño de cinco años hasta el frío suelo de una habitación oscura en la que dormían mis abuelos normalmente (ahora ocupada por mi somnolienta abuela y por su nieto hiperactivo). Notaba cada arruga de la sábana que podía hacerle a mi cancervera educativa emerger del duermevela como una ballena del mar. A veces pasaba, sí, me decía el "¿a dónde va usted?" mientras me agarraba del brazo frustrando mi huída; pero la mayoría de las veces no era así, en la mayoría de mis calurosas siestas solía salir triunfante hasta el salón, donde mi abuelo, siempre tan cómplice de todas mis jodiendas, me sentaba con él a ver la vuelta ciclista por la dos.
Eran unos momentos de gloria inexpugnables. Juraría ahora sobre mi persona que jamás me sentía tan feliz como cuando burlaba las barreras de seguridad educativas que me imponían vilmente (gracias abuela por enseñarme lo que era la bendita siesta).
Y ésta era mi táctica: deslizarme paulatinamente de la cama hasta desaparecer (metáfora que bien me podría describir actualmente); lo que desconocía era la estrategia. ¿cuál sería la estrategia de esta maravillosa táctica?, siempre me lo he preguntado, y por fin lo sé: pasar la mayor parte del tiempo despierto, los ojos abiertos y el corazón latiendo más rápido de lo normal. la cara expectante escondido tras un sofá mientras que simulaban que yo no estaba, y saltar sobre ellos como un león enfurecido, gruñendo y gritando a cuatro patas, despeinado y enseñándo los dientes, en pijama. Saltar y gritar, hacer ruido, mucho ruido, incluso sentir dolor, la única forma de sentirme vivo.
Y me doy cuenta ahora de la estrategia, cuando he tenido que desarrollar La Táctica en mi casa con mi hermana pequeña, que siempre se despierta a media noche llamando a su mamá. y hoy ha tenido la suerte de tener a su hermano mayor en la habitación de al lado para prometerle que no había nada detrás de la puerta, convencerle de que se durmiese y asegurarle que dormiría con ella toda la noche. Y tan sólo diez minutos después, cuando su respiración se había relajadao, me estaba viendo a mí mismo, con mis no sé cuantos años, deslizándome poco a poco por sus sábanas hasta sentir el frío suelo de la habitación de una niña de cuatro años, repleta de peluches y cenefas de patitos bailarines y sonrientes.
y mis dos cancerveras de la cama se llaman igual.
(por cierto, un suave desliz de sábanas para todas las mariluz)
(tampoco quisiera que éste fuese mi homenaje al poeta...)
Era verano y yo pasaba siempre unas semanas en casa de mi abuela, y mi abuela, como todas las abuelas (y sobre todo siendo yo su primer nieto) se empeñó en ayudar a mi madre en mi educación.
Yo, a mis cortas entendederas, entendí que la educación que me querían dar mis abuelos se reducía a comer con la espalda recta, usar correctamente los cubiertos, no molestar demasiado, jugar incansablemente y, sobre todo, dormir la siesta. Joder, eran abuelos, debían inculcar eso de la siesta!
Mi abuela era la responsable principal de transmitirme este conocimiento; siempre me convencía diciéndome que no íbamos a dormir, que íbamos a descansar un rato (nunca entendí eso hasta que pasé los dieciséis). mis cálculos y elucubraciones varias me llevan a pensar que después de haberme sentido estafado varias tardes, empecé a desarrollar la habilidad de la que hablaba.
Todo comenzaba haciéndole notar a mi abuela mi calor, pudiendo así alejarme un poco en la cama. Poco a poco iba deslizando mi grácil cuerpo de niño de cinco años hasta el frío suelo de una habitación oscura en la que dormían mis abuelos normalmente (ahora ocupada por mi somnolienta abuela y por su nieto hiperactivo). Notaba cada arruga de la sábana que podía hacerle a mi cancervera educativa emerger del duermevela como una ballena del mar. A veces pasaba, sí, me decía el "¿a dónde va usted?" mientras me agarraba del brazo frustrando mi huída; pero la mayoría de las veces no era así, en la mayoría de mis calurosas siestas solía salir triunfante hasta el salón, donde mi abuelo, siempre tan cómplice de todas mis jodiendas, me sentaba con él a ver la vuelta ciclista por la dos.
Eran unos momentos de gloria inexpugnables. Juraría ahora sobre mi persona que jamás me sentía tan feliz como cuando burlaba las barreras de seguridad educativas que me imponían vilmente (gracias abuela por enseñarme lo que era la bendita siesta).
Y ésta era mi táctica: deslizarme paulatinamente de la cama hasta desaparecer (metáfora que bien me podría describir actualmente); lo que desconocía era la estrategia. ¿cuál sería la estrategia de esta maravillosa táctica?, siempre me lo he preguntado, y por fin lo sé: pasar la mayor parte del tiempo despierto, los ojos abiertos y el corazón latiendo más rápido de lo normal. la cara expectante escondido tras un sofá mientras que simulaban que yo no estaba, y saltar sobre ellos como un león enfurecido, gruñendo y gritando a cuatro patas, despeinado y enseñándo los dientes, en pijama. Saltar y gritar, hacer ruido, mucho ruido, incluso sentir dolor, la única forma de sentirme vivo.
Y me doy cuenta ahora de la estrategia, cuando he tenido que desarrollar La Táctica en mi casa con mi hermana pequeña, que siempre se despierta a media noche llamando a su mamá. y hoy ha tenido la suerte de tener a su hermano mayor en la habitación de al lado para prometerle que no había nada detrás de la puerta, convencerle de que se durmiese y asegurarle que dormiría con ella toda la noche. Y tan sólo diez minutos después, cuando su respiración se había relajadao, me estaba viendo a mí mismo, con mis no sé cuantos años, deslizándome poco a poco por sus sábanas hasta sentir el frío suelo de la habitación de una niña de cuatro años, repleta de peluches y cenefas de patitos bailarines y sonrientes.
y mis dos cancerveras de la cama se llaman igual.
(por cierto, un suave desliz de sábanas para todas las mariluz)
(tampoco quisiera que éste fuese mi homenaje al poeta...)
miércoles, abril 21, 2010
son sólo explicaciones
es que estás tan lejos que la ginebra con cocacola me sabe a caramelo. es que el tedio de no verte ni de lejos me parte el aura abriéndomela a base de desastrosos pasos que no saben nada de mí.
y sabes qué es lo peor? mi vida crece conforme a tu lejanía, y decrece a veces conforme a las veces que me meces somnoliento en esta mecedora que me estremece, me oscurece y me aturde incauto; pero aún así te siento y desvarío, te siento y el pesado y húmedo frío de esta murcia sin tranvía se desnuda en ese calor insoportable que tanto adoro.
Duerme, mejor duerme; duerme porque si no lo haces verás lo peor de cada gota de mi sudor espontáneo al presentirte. Te despertaré cuando definitivamente se vaya el huracán si me perdonas por haberte susurrado y acariciado en el mismo ojo del mismo.
Heroísmo, fantochería, golpes en el pecho y eva vomitando agarrándose al suelo.
y sabes qué es lo peor? mi vida crece conforme a tu lejanía, y decrece a veces conforme a las veces que me meces somnoliento en esta mecedora que me estremece, me oscurece y me aturde incauto; pero aún así te siento y desvarío, te siento y el pesado y húmedo frío de esta murcia sin tranvía se desnuda en ese calor insoportable que tanto adoro.
Duerme, mejor duerme; duerme porque si no lo haces verás lo peor de cada gota de mi sudor espontáneo al presentirte. Te despertaré cuando definitivamente se vaya el huracán si me perdonas por haberte susurrado y acariciado en el mismo ojo del mismo.
Heroísmo, fantochería, golpes en el pecho y eva vomitando agarrándose al suelo.
la conservera
está chunga la cosa.
verás, las voces del pasado se ahogan oníricas en el arte del futuro, los que ayer padecían el soplo de los vientos y movimientos (como consecuencia) de las banderas son hoy el dinero de los hijos e hijas de las putas.
La conservera de la austeridad hace botes dorados con etiquetas apurpurinadas. El cristal es de bohemia, y los conserveros lloran los enormes esfuerzos de encías sangrantes.
Hazte saber que el mundo electro-pop que te sustenta está sustentado por las mismas voces del pasado, por la sangre de los desheredados organizando la respuesta.
"Quizá el camino hay que regar con sangre de la juventud", pues somos la única vanguardia, somos el escudo del ejército que duerme, el cascarón de esta tortuga vetusta y desanimada, sin ganas.
Duerme, Eva, te despertaré cuando el tornado pase.
verás, las voces del pasado se ahogan oníricas en el arte del futuro, los que ayer padecían el soplo de los vientos y movimientos (como consecuencia) de las banderas son hoy el dinero de los hijos e hijas de las putas.
La conservera de la austeridad hace botes dorados con etiquetas apurpurinadas. El cristal es de bohemia, y los conserveros lloran los enormes esfuerzos de encías sangrantes.
Hazte saber que el mundo electro-pop que te sustenta está sustentado por las mismas voces del pasado, por la sangre de los desheredados organizando la respuesta.
"Quizá el camino hay que regar con sangre de la juventud", pues somos la única vanguardia, somos el escudo del ejército que duerme, el cascarón de esta tortuga vetusta y desanimada, sin ganas.
Duerme, Eva, te despertaré cuando el tornado pase.
miércoles, marzo 24, 2010
Batalla de gallos borrachos
Me hierve tanto la sangre de plenitud de tu ausencia que me quemo. Me quemo por bestia, por idiota, ¿y ahora que?. desde un vacío taciturno me importan una mierda las faltas de ortografía ,sólo me importa tu marcha, y me ahogo, y me evitas. Ahora sólo me tengo a mi, vacío en silencio. Tengo en silencio la fuerza de mil soles y te diré lo que ya dije. No se si merecer la pena la mereza lo cierto es que la tengo.
Y ahora yo, tan oscuro y brillante que el invierno se hace tan denso que las camisetas de manga corta se quedan largas para el frío que me haces merecer, y que evito. Y que añoro el tiempo y el silencio y el desasosiego de no saber si dejar de sentir y vivr; y elevarme sobre el cielo nocturno para descender rapaz y violar tu inocente inocencia, bruta, más que puta, más que un dolor de angina de pecho que me rompe el alma. Hemos llenado mi karma, hemos dejado en mi aura taaaaantas deudas que ni en cuarenta de las vidas que me esperan podré rebanarlo; o quizás sea en esta misma y no tenga que volver a nacer para lidiar contigo, y el sino me elija como tu protector, o yo me elija como el sino protector y destructor, arrrasador de violencia absoluta, absoluta.
Puta, perdóname.
Nos olvidamos entre el vino, nos olvidamos entre la pena. Nos olvidamos a nosotros muriendo cada día, entre la luna en pena.
Y mis zapatos están llenos de mierda, pesados, ignominiosos. Otra ronda de mierda, camarero.
TIEEEEEEEM POOOOOOOOOOOO
Y ahora yo, tan oscuro y brillante que el invierno se hace tan denso que las camisetas de manga corta se quedan largas para el frío que me haces merecer, y que evito. Y que añoro el tiempo y el silencio y el desasosiego de no saber si dejar de sentir y vivr; y elevarme sobre el cielo nocturno para descender rapaz y violar tu inocente inocencia, bruta, más que puta, más que un dolor de angina de pecho que me rompe el alma. Hemos llenado mi karma, hemos dejado en mi aura taaaaantas deudas que ni en cuarenta de las vidas que me esperan podré rebanarlo; o quizás sea en esta misma y no tenga que volver a nacer para lidiar contigo, y el sino me elija como tu protector, o yo me elija como el sino protector y destructor, arrrasador de violencia absoluta, absoluta.
Puta, perdóname.
Nos olvidamos entre el vino, nos olvidamos entre la pena. Nos olvidamos a nosotros muriendo cada día, entre la luna en pena.
Y mis zapatos están llenos de mierda, pesados, ignominiosos. Otra ronda de mierda, camarero.
TIEEEEEEEM POOOOOOOOOOOO
domingo, febrero 14, 2010
Sólo uno de nosotros se salva del violador
(escuchad esto mientras leeis el textillo, os juro que me parece brutal)
http://www.youtube.com/watch?v=bQLvBUAe2DI&feature=PlayList&p=3DE6D0BAD8AE47F3&playnext=1&playnext_from=PL&index=9
"Solamente uno de nosotros se salva del violador", me repito en mi cabeza y todo me resulta tan extraño. Hace un momento estaba en mi sofá y ya no lo entiendo. Es insultante lo inusitado del destino y el sigilo con el que se acerca por detrás y nos agarra con su bolsa de plástico en neblina.
Es, al menos, extraño. Todo ahora parece más fácil, todo se resume a tomar decisiones. Hace un momento me preocupabas tú y tus tonterías, y ahora, el irreductible hilo del tiempo me ha borrado de un zarpazo para disuadirme de que me inquieten otras cosas. Yo también podría haber hecho esto hace un momento. Yo también podría haber hecho que toda esta gente que nos meamos y lloramos encima ahora esté en las vísperas de la muerte más dolorosa, punzante y persistente. Nadie hubiese imaginado seentir este dolor y ser desposeído de todo lo demás, de toda retahila de innecesidades abotargantes.
Esa muchacha negra llora con sus cabellos sudados adheridos a su frente mientras un pañuelo humedecido por su propia saliva le presiona la boca para hacerla callar; aquel ejecutivo de traje que suspira desquiciado tras otro pañuelo amordazante jamás se hubiese imaginado autista, miedica, con los pantalones meados y con toda esta gente alrededor. Esa muchacha gordita y rubita de quince años que hasta hace dos días pasaba las tardes pintando castillos en su habitación, iba a tener hoy una experiencia sexual trémula y desgastadora de conciencia, y además, iba a ser asesinada por estrangulamiento en su única relación con un hombre escuchando gritos de "muere gorda muere" encima de ella. Ni tan siquiera aquella prostituta anciana y retrasada mental, que tantas cosas había tenido que sufrir, era capaz de entender a qué niveles puede llegar la tortura humana alcanzando estratos de la realidad en los que un perro te viola obseso por sus instintos mientras un grupo de gente enmascarada ríe ante tus lágrimas que se deslizan de tu cara al asfalto directamente; y por supuesto, no es capaz de intuir la fuerza que albergaba su ser antes de ser maniatada y maltratada.
Somos seres de energía brillante y poderosa. Somos la crema del café que desborda en las cafeterías coquetas y elegantes. Somos el último alivio de Dios a través del cual se relajó para siempre. Provenimos del mismo seno de la Tierra y somos la máxima cúspide del universo. Somos capaces de todo lo que nos propongamos todos y cada uno de nosotros. Somos sublimes almas destinadas a elevarse hasta evaporarse en la eternidad.
y yo me salvo del violador hoy.
http://www.youtube.com/watch?v=bQLvBUAe2DI&feature=PlayList&p=3DE6D0BAD8AE47F3&playnext=1&playnext_from=PL&index=9
"Solamente uno de nosotros se salva del violador", me repito en mi cabeza y todo me resulta tan extraño. Hace un momento estaba en mi sofá y ya no lo entiendo. Es insultante lo inusitado del destino y el sigilo con el que se acerca por detrás y nos agarra con su bolsa de plástico en neblina.
Es, al menos, extraño. Todo ahora parece más fácil, todo se resume a tomar decisiones. Hace un momento me preocupabas tú y tus tonterías, y ahora, el irreductible hilo del tiempo me ha borrado de un zarpazo para disuadirme de que me inquieten otras cosas. Yo también podría haber hecho esto hace un momento. Yo también podría haber hecho que toda esta gente que nos meamos y lloramos encima ahora esté en las vísperas de la muerte más dolorosa, punzante y persistente. Nadie hubiese imaginado seentir este dolor y ser desposeído de todo lo demás, de toda retahila de innecesidades abotargantes.
Esa muchacha negra llora con sus cabellos sudados adheridos a su frente mientras un pañuelo humedecido por su propia saliva le presiona la boca para hacerla callar; aquel ejecutivo de traje que suspira desquiciado tras otro pañuelo amordazante jamás se hubiese imaginado autista, miedica, con los pantalones meados y con toda esta gente alrededor. Esa muchacha gordita y rubita de quince años que hasta hace dos días pasaba las tardes pintando castillos en su habitación, iba a tener hoy una experiencia sexual trémula y desgastadora de conciencia, y además, iba a ser asesinada por estrangulamiento en su única relación con un hombre escuchando gritos de "muere gorda muere" encima de ella. Ni tan siquiera aquella prostituta anciana y retrasada mental, que tantas cosas había tenido que sufrir, era capaz de entender a qué niveles puede llegar la tortura humana alcanzando estratos de la realidad en los que un perro te viola obseso por sus instintos mientras un grupo de gente enmascarada ríe ante tus lágrimas que se deslizan de tu cara al asfalto directamente; y por supuesto, no es capaz de intuir la fuerza que albergaba su ser antes de ser maniatada y maltratada.
Somos seres de energía brillante y poderosa. Somos la crema del café que desborda en las cafeterías coquetas y elegantes. Somos el último alivio de Dios a través del cual se relajó para siempre. Provenimos del mismo seno de la Tierra y somos la máxima cúspide del universo. Somos capaces de todo lo que nos propongamos todos y cada uno de nosotros. Somos sublimes almas destinadas a elevarse hasta evaporarse en la eternidad.
y yo me salvo del violador hoy.
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