sábado, noviembre 06, 2010

desafinad!

el cielo, algunas mañanas en el norte, te impone unos tonos grisáceos que joden, incluso llega a mojarte con una llovizna continua que sólo sirve para molestar y hacerte cagarte en la civilización meteorológica. además, es probable que te cueste respirar por cualquier congestión, con lo que el agobio puede resultar aturullante, o al menos a mí me lo parece. y revives las típicas escenas, ya sabes, aquello de mirar desde el interior de un coche lleno de gente a través de unos cristales empapados una mañana fresquita, con el estómago calentito por café. y ves los típicos divagares de las gentes con sus quehaceres pucelanos y sus "qué más me da a mí" o sus "eres el leitmotiv de mi vida"... a fin de cuentas, con la mirada perdida en las calles irregulares, no esperas que nada te sorprenda, y de repente, te sorprende: haciendo las veces de luz hecha sonido, una voz adolescente y femenina se alza sobre las conversaciones de política. esa voz va, en un primer momento, sobrellevando la canción que suena en el salpicadero, pero crece, de forma inasible, crece mucho más de lo que el autor de la canción pensó nunca. su voz es adolescente, pero ella no lo es, pues su adolescencia (junto con la de sus compañeres) fue diferente a la del resto; no es lo mismo nacer en la pantorrilla de la vida que en el entrecejo.
su voz sigue creciendo, conoce la canción y es súmamente agradable, se sabe desgarrar y abrazarse cuando lo tiene que hacer, sabe cantar, aunque parece que lo hace sin querer, y eso es lo bonito, sentada al final del coche. y cierra los ojitos entonando y sintiendo lo que reza en inglés; hasta que se resta, y se queda agazapada, en el fondo del coche, más cómoda que antes.

es una estamapa maravillosa, me obnubilo, me letargo y de repente me despierto.

y me aborda la tragedia:
"¿canta porque le gusta la canción y disfruta (simplemente disfruta), o canta para que sepamos que se sabe la canción y que sabe cantar?"


cada vez desconfío más del mundo, me aborda más la tragedia, me torno más hijoputa e hipócrita. y eso me vuelve un ser un poco más misántropo y menos amante del ser humano.

¿os puedo partir las rodillas de un patadón en la rótula?


os jodéis, flanderes del mundo

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