no me apetecía otra cosa que sentir. ni escribir ni maldecir a base de cantigas para el sobrevivir y odas del malvivir. sentir, me apetece sentir.
Sentirlo todo en la palma de mi mano para que se impregne en ella el olor de la vida, si es que existe el olor éste o la misma vida,
ahora, tengo agobios de millonario
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