viernes, marzo 06, 2009
desert eagle desganada
Cómo me gustaría, joder.
Como me encantaría verte atado de pies y manos a esa silla.
Cómo me gustaría acercarme con una desert eagle en la mano y ver cómo tu cara enrojece y se angustia. Ver cómo empiezan a rodar esas lagrimitas junto con unos inteligibles balbuceos que se oirían al tener tu bocaza cerrada con un esparadrapo.
Cuánto me encantaría quitarte de un tirón la cinta plateada de la boca y meterte la pipa en ella mientras lloriqueas unos “no, por favor”.
–¿lo sientes?- te diría.
–¿notas el sabor del hierro mezclándose en tu saliva? Curioso que ese vaya a ser tu último sabor, ¿no?- fantástico.
Cómo me gustaría, además, magullarte un poco, a lo reservoir dogs, y que llores…cómo me gustaría pasearme delante tuya y cantando mientras estás atado a esa jodida silla y sufriendo, sin saber en qué momento te apuntaré con la 5.0.
¿Y dónde mierda se encuentra esa silla que tanto añoro? ¿Quién la tiene? ¿Dónde cojones está? ¿Dónde está la llave que me la da?
La clave es esa silla, tiparrejo, no lo dude; si la tuviese, estaría usted en ella, seguro, lloriqueando…lloriqueando y diciéndome que no tengo motivos…¡pero cuántos errores, por favor, pero cuántos!
Ni te imaginas lo que guardamos en los corazones los locos de atar…
Tiene usted mucha suerte…
ich hab´ keine lust
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:) Siempre tan..tuyo
ResponderEliminarSólo puedo decir que me ha gustado y que se acerca demasiado a aquello que me gusta leer...
ResponderEliminarUn fuerte abrazo desde el Otro Lado
hola?
ResponderEliminarque esto no pare...
Sí, así nos sentimos todos por aquí con este viento, que parece que no para, o para un día y vuelve. Maldito.
ResponderEliminarRevive tu blog que se echa de menos!
Un besotote!