que peina con gracia sus surcos,
que brilla su cuerpo desnudo,
alquimiando en oro el musgo.
Ella es todas las mujeres que me han roto el corazón,
las primaveras que he llorado, sin saberlo, su ausencia.
Ella es hoy presencia, clamando al mundo inocencia.
Llevaba millones de años esperándote,
millones de partos buscando tu rostro,
millones de vidas naciéndome loco.
Te encontré,
te miro,
te toco,
te beso,
te oigo,
te siento,
...
Te encontré
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