sábado, diciembre 07, 2013

Se desbanece

https://www.youtube.com/watch?v=C2inNYauU1o&hd=1


La Historia de este caos que se convierte en Naturaleza, la Historia de un Caos que me gobierna desde adentro y da entereza a mi cuerpo generando caos.

caos
y más caos
caos.

La historia de aquello que pliega sus pliegues sobre pieles de mieles hechas, miles de fieles que tejen adrede telares que hieden, que hieren. La tela destina mi vida, mi caos, mi Naturaleza; los miles de fieles que tejen adrede destejen mil veces la sed de tenerte, y en este no serme me soy solo, pues no consiguen más que herirme. Años enteros de cuerpos muertos, de aceras rotas, de inundaciones repletos;

repletos
de sueños
que quiebran
el tiempo,

sueños que descompasan.

La historia del sueño plegado en mi cuerpo, la Historia del verso revuelto estercola mi vida y abandera mi viento. La Historia de siempre, el hogar.

El hogar de saberse en casa, la sensación de olor a fuego, de brasa. La brisa que pasa y besa en huracán. Con mis sueños me enveneno en mi cuerpo y no me encuentro, con los tuyos destruyo mis huertos, mis vuelos, mis versos; destruyo estos versos viciando la palabra, quebrando la emoción de serme en mí solo, dejándola muda,
muda.

Testaruda vida sembrada en dudas, testaruda criatura, muda.

Me alejo, me libero, me tenso y me pruebo. Estiro el brazo a la orilla, me quemo, y vuelvo. Ardo y alzo bajos vuelos, vuelvo a casa sólo para recuperar mi vida, mi caos, mi Naturaleza. Mi espacio, mi somnolencia vital, mi ensoñación catastrófica, mi vuelta de tuerca. Mi cuerpo retuerzo y ocupo mis huecos, mis heridas, mis flaquezas. Mi Naturaleza, mi jadeo.
Me quiebro.

Mi Historia es la Historia de mi vida, de mi caos vistiéndose de niña, de mi reflejo en el espejo, de mi amargor de mí, de mi sentido huérfano de vida. Mi Historia es la convulsión infinita, el estertor que derrite, el sonido que afila y hace chillar la vida.

Me estremezco, mezo mi llanto, 
me estremezco.


En silencio transcurre mi historia, en el caos al que sumo al mundo, en el ruido horrible y salvaje, en ese jadear que os hago hacer, en ese arrebatamiento de los cuerpos que os vengo a robar, en ese cuarto de vida que tomo prestado y disparo al vacío, en ese caos en el que sumo al mundo. Y lloro a solas, estupefacto, sumiendo al mundo en caos, ganando tiempo para odiarme y retorcerme, me quedo en silencio en medio del caos, y no entiendo nada, y se van de mis ojos los chorros de vida, de nada, de silencio.

El sonido obtuso de la vida chirriar. La vida que se cae en mil pedazos, la vida al quebrar, la vida cayendo al vacío y llegando a tocar, y en ese instante… el susurro, tu voz susurrar. Se ralentiza el tiempo porque tiene que pasar, y EL MUNDO NO DEJA DE VIBRAR, vibra la televisión, el ordenador, el frigorífico vibrar, mis pasos vibran, el suelo que vibra, los cuerpos, el váter, los coches, las voces que vibran, la luz.

La Luz

La Luz


No siento el dolor, no lo siento. Hace tiempo dejé de notarlo y ya no lo encuentro. No es que no sienta nada, algo siento, pero el dolor no lo siento, no lo encuentro. Me busco en un brazo estirado, puño cerrado, ceño apretado, cuerpo encogido, golpe de sueño. Me sueño sintiendo el dolor, que lo siento, pero que no es dolor. Es otra cosa que pasa a arrastrarse a mi paso, el dolor ahora es sólo un llanto, un llanto que nunca para. Y el caso es que algo siento, algo infrinjo, algo quiebro cuando me golpeo, pero no me encuentro.

Se abre la puerta y se derraman toneladas y me arrastran, toneladas de algo que se va y consigo me arrastra, me aleja. Me vara en un ciclón de toneladas que no paran, que no cesan.. 
Se va mi vida en mí como el agua se va de las manos.


 Me quiebro.

viernes, diciembre 06, 2013

La Llanura


y yo exploto, me desencadeno. Se desencadena el animal gigante y cae su envoltura de plomo. Cae el telón, el de acero, y tras de él el monstruo que mugía hecho polvo ahora. 

Se transforman mis momentos en estratos, en estratos de tiempo que consumo, que he de aprovechar, como un perdedor. El que se arrastra buscando una moneda, el que sonríe a un trago, el que se pierde al volver a casa... Ser el peor perdedor de todos, el que, después de todo, sigue tratando de ser el héroe, de ser ejemplar, de vencerle su vida al pasado y construirse el futuro

Nací como un rayo y fui mi sombra, y ahora mezclo bebidas y al hacerlo mi vida es cada vez menos mía, menos vida. Tengo una vida que no me pertenece, que es de un sujeto, de un impulso que es un ya no serme. Y no serse uno a sí mismo, no ser para sí, es de lo doloroso lo peor, porque suscita un hastío, la llanura, el tedio; el paso del tiempo, de la muerte, de la vida persiguiendo buscar dinero, aguantar dos días más, ser un parásito aquí, allá, abastecerme de mi habilidad como una rata se retuerce de dolor ante su propia muerte.

Saberse tedio, encontrarse vacuo, es un gran pedazo de mierda con su tenaz y persistente hedor a muerte, a carne de suicidio, a esto mismo. Podemos estirarlo, podemos buscar que afirmar mi vacuidad, mi tedio, me reafirmo en el vacío de no tenerme, que no serse sería en cierto modo un paso hacia ser aquello sinequanon. Porque estoy solamente solo, porque deambulo días desbocados, porque mi último aliento de esta vida se fue, y ahora sólo me queda este peso que arrastro como una condena ininteligible, 

este dolor en el pecho, 
esta argolla en esta costilla, 
esta ficción que no acaba,
esta obra que no empieza, 
esta letanía que se repite en la mente corrupta,
este pesar de un reo que aúlla a la noche su muerte: MI MUNDO ES FALSO, NO EXISTE MI VIDA.

¿y ahora qué?

jueves, octubre 10, 2013

Estamos en pleno apogeo

Es que no es que sea un poco, es que es un todo hecho grande como un toro. Es que no es haber perdido la partida ni las llaves, es haber estado mirando al mundo desde mi cabecita a mis pies y de repente verme mirando al cielo y a lo lejos, 
eso, 
el mundo.

Y no es que de repente me piense la luna ni busque la luz en la eternidad, ninguna mierda de esas, te aseguro que lo que me pasa es que ayer daba golpes al mundo a plena luz del día, y parece que hoy tengo que golpear el mundo a oscuras. Una pera gigante colgada de la pared esperando que la golpee y balancearse, para mí, de noche.

Que a nadie se le olvide que esto forma parte del entrenamiento, que estamos en pleno apogeo; al final va a ser cierto que la Verdad nos habla desde un lugar tranquilo.

miércoles, julio 10, 2013

de agujeros negros y borrones, supermassive black hole

dame un segundo

dame un segundo porque no sabía que los borrones podían ser agujeros negros.

No tenía ni idea de que podía confundirme en eso, y que lo que pensaba que era un tachón emborronado era justo el embrión de un agujero negro.
Un agujero negro en medio de mi escritorio, y yo estupefacto ante cómo mierda enfrentarme a esto. Probar a quitar todos los chismes para que no se los trague no hubiese podido resultar más inútil, se los traga igualmente; en parte pienso que sin problemas, que todos esos chismes no me hacían falta.

Así que me decidí a contártelo, y por eso tenía que escribírtelo, desnudo, apoyado en este escritorio que no para de tragarse mis palabras. Arrastra las hojas sobre las que escribo y mis letras se alargan, como bostezando, construyendo un lenguaje cansado, largamente pronunciado, que no acaba. Como si cada palabra costase media eternidad, como si este folio fuese un papiro infinito y mi mensaje un manuscrito eterno.

Intuía que los agujeros negros podían parecer de lejos borrones, que si los dejabas hacer se tragaban todas las páginas y te dejaban vacío, desnudo delante de un sumidero hecho de vértigo. Pero no sabía que este borrón podía ser un agujero negro, un vórtice de miedo, de oscuridad hecha de temblores.

Y en el fondo me alegra este desastre de habitación, me alegra que todo se remueva como yéndose por el sumidero, que dé todo vueltas a mi alrededor y que no tenga seguridad ninguna de que algo vaya a sobrevivir. Me alegra que no sea un sucio borrón encima de unos papeles escondidos bajo el escritorio, me alegra de que sea un aleph de oscuridad, un imán de la mierda y que toda ella orbite a su alrededor. Me alegra que salga un aliento asqueroso de ese pestilente agujero sumido en toda esta mierda que no para de tragarse. Pero me entristece que naciese como borrón impoluto, y que su mamá lo hubiese llevado al colegio, que se hubiese comido los bocatas de borrón en el colegio y que jugase con otros borrones a hacerse mayor, y que jugase en el parque y se hiciese un esguince corriendo por ahí, que se echase novia y que su novia le trajese a él tantos problemas como él le daba, y que fuese a la universidad, y que se haya drogado y crecido y encontrado trabajo y haber follado, engendrado y muerto sepultado para resucitar a los tres días etc. 

Lo que más me jode es que este borrón haya nacido para quedarse impoluto, para estar siempre presente bajo la piel, que sea palomita blanca, que nada se le enfrente, que viva sin el miedo de desaparecer y que por eso se haya convertido en un agujero negro pestilente que todo se lo traga.

Y me da miedo, miedo por lo que pueda quedar, por lo que se pueda llevar, por lo que pueda arrastrar, por lo que deje ver la marea baja. Me dan un miedo de la ostia los agujeros negros, tanto como me gustan, pero creo que me está aturdiendo estar al borde del agujero tanto tiempo sin saber dejarme caer ni alejarme de él.

No creo que entienda nada de esto, no creo ni tan siquiera que esto signifique algo.

domingo, mayo 12, 2013

El Animal

el lobo que aúlla solo a su soledad.

El lobo que mira atento mi cuerpo queriendo comprender que yo también sea un animal y que yo también aúlle. Porque el ser humano es animal pero lo rechaza, y el lobo no lo sabe porque el lobo es animal, y piensa que el hombre también es animal, pero es piedra, piedra que sabe. El lobo vive haciéndose y siendo una constante en su repliegue sobre el mundo; el lobo es también el águila que cae en picado y agarra al conejo que es también el lobo, que a su vez también es lobo un poco el momento y las garras haciendo la piel sangrar. El lobo es como una tea arde. El lobo es un continuo entre su cuerpo y su mente y su alrededor; sus patas son también su suelo y sus orejas son también su aullido, que también es un grito oído a lo lejos, como también su pelo es su viento no por pertenecerle a él ni por ser en cierto modo suyo, sino por cabalgarse a sí misma la vida apoyada en sus formas.
La sábana que se despega del edredón sin que puedas saber del monstruo que esconde, eso es el lobo

aullándose solo a su soledad.

Y el ser humano es la piedra en medio del engranaje haciendo colapsar la máquina y el cuerpo, que lo hace cadáver presentando la posibilidad de la finitud, interrumpiendo constantemente su repliegue animal sobre el mundo para hablar del propio repliegue, simplemente porque puede. El ser humano es lo que chirría y hace quebrar las ruedas del carro haciendo que éste vaya tan rápido y lejos como nunca fue. Es un animal que quiere serlo sin dejarse serlo, interrumpiéndose.

es lo más lejano que hay de la sábana
y a la misma vez es su máxima expresión

miércoles, mayo 08, 2013

pesadillas

http://www.youtube.com/watch?v=GZbuA7r17uk

Me pueblo a mí mismo de vientos de cementerios,
de movimientos violentos.
Si los sueños se apagan
se esconden en ráfagas,
se agarran a trazas de sal en la herida.


A la noche, de nuevo,
descorporizo mi cuerpo
y me visto de telas de sueños
de vientos ajenos,
de cementerios modernos.

A la noche, de nuevo,
se llenan mis huecos
de llantos y vuelcos.
Me encuentro y apesto,
retuerzo mis huesos
buscando el crujido.

Me visten las telas de almizcle,
que soplan e insisten,
acodando declives,
que envuelven en bucles mis sueños de luces,
y el llanto que sueño me despierta enfermo.

Soy la noche abriendo la boca
gigante
y muerta de miedo,
comiéndose el mundo,
atenazando en sombras la luz que
gimiendo
se apaga.

Soy la curva celeste haciendo pequeño el teatro de cemento desde el que me pienso

miércoles, abril 10, 2013

La Normalidad

Nada.

Absolutamente nada.

Nada nuevo.

Todo normal ... esperabas que el tiempo caminase y que el viento te arrastrase, victorioso, a tu tesoro, sin pausa alguna a tus paseos militares... y no pasa nada, el Sol sigue brillando, sigues sintiendo el viento fresco, sigues de pié, siguen vivos los pájaros e intactas tus fantasías...y no pasa nada, absolutamente nada, nada nuevo, todo normal. Sigues creyendo en tu victoria, en tu rutina de mierda, tus planes; sigues normal, pensando en tu trabajo, en tu polla, en tus cadenas que exhibes como banderas...


Y todo es absolutamente normal.

Todo.

Absolutamente todo.

http://www.youtube.com/watch?v=jGGZ-2W_dLI

Todo normal ... salvo por este hacha que agarro entre mis manos y que con toda mi fuerza y las venas hinchadas te ensarto en el estómago. Todo salvo por este hachazo que te inyecta en sangre los ojos y desorbita tu rostro, salvo por este golpe envenenado que te lanza, como una exhalación, hacia tu verdadero destino que es el crudo suelo; salvo por tus brazos retorciéndose en la sangre de tus lágrimas y tu garganta desgarrada de gritar estertores de muerte. Todo normal salvo por esta sorpresa, por el placer que provoca en mis manos el empuñar la madera de este hacha, salvo por el sabor dulce de clavártela en el estómago y verte morir, salvo por escuchar tus últimas palabras, y yo relamiendo mi vida ante esta epifanía que hace que todo vuelva a ser absolutamente normal.


Yo erguido,
a tu lado, 
sintiéndote morir,
oyéndote relinchar tu muerte,
en forma de nada.
Y el sol de este atardecer cargándome de oxitocina.

Y nada es normal una vez que yo soy aquello que le pasa a los demás. 


Soy el centro de este huracán.
Este titán tiene ganas de más.

sábado, abril 06, 2013

some questions

What may vary?
What ship?
What shore?
Im afraid of the buried past


Just afraid.

viernes, abril 05, 2013

Una forma del tiempo



¿cómo es el tiempo no teniéndote?

Es largo, es raro. Se desliza como una hoja ínfima de cuchillo sobre la piel, corta sin llegar a sangrar pero hiere. El tiempo, sin tenerte, es una experiencia lacerante. El no-tenerte-tiempo es como el vacío, es como un pulmón expirado, plegado, esperando la inspiración. Me siento atravesado por la taxidermia si vivo el tiempo sin tenerte. El tiempo en el que no te tengo es como unos brazos a mi cabeza enganchados forzándome a frenar. Mi cuerpo sabe que el tiempo, no teniéndote, no es tiempo, y demanda el cambio, el giro definitivo; me manda el mensaje de acabar con esto, me manda el mensaje de tirar esta mesa contra la pared, de romperme la camiseta, de tirarme del pelo, de salir corriendo hacia ninguna parte... me manda mensajes confusos que ni yo mismo sé interpretar ni quiero.

El tiempo de no tenerte es hallarme de pié, con las manos atadas a la espalda y los ojos vendados, ante algo que no sé lo que es, pero que respira hondamente, un animal gigante cuya respiración intranquila me desborda por todas partes, me despeina, me inquieta. El tiempo en que no te tengo es como caer, atado de pies y manos y con los ojos vendados, a un precipicio que no acaba, a un vacío sideral que hipostasia el propio tiempo de no tenerte. Esa sensación de vértigo en el estómago es la del tiempo no teniéndote.

El no-tenerte-tiempo es como la niebla, es como estar en medio de una densa niebla, ofuscado. Es como si el espacio ya no existiese, como si esa dimensión ya no importase porque los segundos siguen transcurriendo y yo sigo sin tenerte, incrustado en el tiempo de no tenerte. Y ni mis brazos me veo porque el tiempo de no tenerte es raro de cojones, es el desasosiego, joder.

El tiempo de no tenerte se me impone como la necesidad de buscarte, mi atención se des-serena y se disipa en la niebla como un perro buscando su cola. Mi atención está en ti y ni siquiera puedo pensar el no-tenerte-tiempo para entenderlo y salvarme, y salvarnos.

El tiempo no teniéndote es parar mi corazón, frenar los latidos y sentir la Naturaleza respirando en mí.

La respuesta, sin embargo, al tiempo de no tenerte es salir corriendo en la niebla, lo más rápido que pueda; la respuesta es poner a prueba mi cuerpo y ser yo el que mande los mensajes, la respuesta es buscar el colapso físico, llevar mi cuerpo al límite y dejar atrás la niebla, aunque siga sin tenerte: sólo así podré encontrarte desde el no-tenerte-tiempo. La respuesta es vencerme a mí mismo en esta batalla fratricida.
La respuesta al tiempo no teniéndote es compleja, tanto como el propio tiempo de no tenerte, por eso cuesta encontrar la propia sensación, y de ella la victoria. El tiempo de no tenerte es para no necesitarte, para no reclamarte, para no interpelarte, para no buscar en ti la estrella fugaz que ambos buscamos y que fuera encontraremos. Es para no estar frente a ti, si no a tu lado, para negar el fuego cruzado y respirar juntos en la misma dirección, volando, libres.

El tiempo de no tenerte es para amarte, para pensarte libre, para ver en ti lo más profundo de mi existirme.

Me visto de verbos que nunca entendí para hoy encontrarte al final de esta plaza, con tu pelo rubio destacando sobre el resto (el ingente e infinito resto que es un desdibujo), con tus rizos suaves esperando a mis dedos, con tu mirada escondida en tus gafas de sol, con tu jersey amarillo alumbrando la plaza, con tus vaqueros azules regando la tierra, con tu paso decidido buscando mi rostro, con tu sonrisa...

Con la sonrisa que, tímida, se dibuja suavemente al verme mirándote, en silencio, al fondo; la sonrisa que se convierte en labios que pronto me besan, en suaves colores que llenan de flores mis humores y elevan mi cuerpo saltándose a sí mismo. Los besos que invocan abrazos, los abrazos que besos invocan, la espiral del amarte que a sí misma se invoca y que nunca se nos acaba, haciendo presente el tiempo de tenerte, el tiempo de encontrarte, el tiempo teniéndote. Tu pelo encontrando su sitio en el viento, marcando en ahoras el tiempo teniéndote.


Hay esperas que invocan primaveras, y hay personas que vuelven que son la Primavera (y algún día os contaré cómo).

martes, marzo 26, 2013

La encontré



os pido silencio


que nace la musa,
que viene el susurro,
que nace desnuda.

que peina con gracia sus surcos,
que brilla su cuerpo desnudo,
alquimiando en oro el musgo.

Ella es todas las mujeres que me han roto el corazón,
las primaveras que he llorado, sin saberlo, su ausencia.
Ella es hoy presencia, clamando al mundo inocencia.


Llevaba millones de años esperándote,
millones de partos buscando tu rostro,
millones de vidas naciéndome loco.

Te encontré,
te miro,
te toco,
te beso,
te oigo,
te siento,

...

Te encontré 

lunes, marzo 25, 2013

A la Libertad de tu cuerpo


No estoy hablando de que seas perfecta, estoy hablando de que me da igual. Que no te mido, no te comparo, no te juzgo, no añoro algo que no seas. No entiendo de perfecciones, sólo sé que no me importa qué sea eso. Y sin embargo eres perfecta por ser como eres, tu cuerpo al natural es un homenaje a la Naturaleza.

En absoluto me importa lo que no tienes; lo que no existe jamás nos puede preocupar, y si alguna vez lo ha hecho ha sido siempre de forma destructiva. No te mido en función de lo que podrías llegar a ser a través de tu sudor o tu dinero, simplemente no te mido, no te juzgo; no me interesa lo más mínimo lo que no existe ni lo que podría existir “en caso de que”. Y es normal que no me importe, sobre todo teniendo en cuenta lo que sí existe: Tú. Tú existes. Tú eres lo que me ocupa, lo que me ocupa el sentimiento, y me lo ocupa tanto que no puedo pensar la contingencia de lo que podría ser, porque resulta que ante la contingencia se impone la necesidad de la existencia, y aquí es donde tú te mueves entre pañuelos de seda, al siempre contraluz cálido de una siesta andalusí. Y por existir eres ya perfecta, y el resto se queda mirando, ladrando, comparándose contigo; y si tú te comparases con el resto del mundo serías un insulto a tu inteligencia, al resplandor de tu cuerpo y a tu sonrisa.

Tu cuerpo no es para mí un reclamo ni necesita de adornos para gustarme. Somos naturaleza pero ni yo soy un insecto ni tú una flor, y aunque lo fuésemos… tu cuerpo me gusta tal cual seas, natural y sin artificios, desnuda en la cama, durmiendo, tranquila, y de fondo las cortinas. Tu cuerpo me gusta en la medida que te contiene, si no te contuviese me interesaría lo mismo que cualquier otro cuerpo que no te contuviera; y aún así tu cuerpo me gusta, me interpela, me agarra, me sacude el alma. No eres para mí un objeto o un medio, para mí tienes valor por ti misma; amarte, para mí, es un fin en sí mismo: no necesita intermediarios que ajusten los medios a los fines. Al igual que tú en ti misma, tu cuerpo no necesita de nada que lo justifique ni es justificante de nada, simplemente es tu cuerpo, simplemente te amo.

No te entiendo como una dama custodia de tu propio cuerpo, cuidadosa de que los envites del viento y el tiempo no lo perturben; no te entiendo como si tuvieses que cuidar y mimar tu cuerpo debido a la preciosidad que supone en sí, eso no tiene sentido, eso sería la vejez ya hoy, y tú eres la juventud eterna de disfrutarse de sí misma: gózate que nos gocemos. Sí que te entiendo como una preciosidad en su conjunto, completa, sin faltas ni carencias, y entiendo tu cuerpo como la magnífica arca en la que tú navegas, que eres lo más bello de tu existir, siendo contenida ahora en este cuerpo que es un arca en la que te navegas. No es que no me importes Tú en tanto que tus partes, sino que te amo como un conjunto, y admiro tus partes, coqueteando con ellas, siempre filtreando con la idea de besarlas.

Tú eres bella. Eres belleza. La ropa que tapa tu cuerpo, los perfumes que esconden tus olores, el rimel que tensa tus pestañas, el maquillaje que esconde tu piel, las cremas que ablandan tu epidermis...todo eso son aderezos, sobrantes, que no hacen más que taparte, que esconder tu belleza natural, espléndida, radiante. Entiendo que vivimos en el mundo, y que puedas necesitar algo de eso, pero entiende que todo ello supone entenderte como un objeto, cosificándote, y eso no te lleva a ningún sitio; así que elije bien: quédate con el jabón, con los olores y los aromas, que te encantan y te hacen más feliz, más bella. La belleza eres tú, no lo que tú puedas conseguir. No te quedes siendo un qué, pues entonces no serás para ti un fin en ti misma, sé un quién, un todo, un conjunto de partes cabalgando los campos, radiando belleza al mundo, sembrando de vida la vida que alojas.
Eres más bella conforme más feliz eres, por eso la Belleza eres tú.

Y no intentes justificarlo, no intentes explicar a nadie por qué sí ni por qué no haces o dejas de hacer lo que sea. No tienes que rendir cuentas a nadie de nada. No tienes que buscar justificaciones ni excusas a tu comportamiento ni a tu vida. Tu vida, tu comportamiento, no entiende de justificaciones, es un fin en sí mismo, al igual que para mí lo es amarte, al igual que tú lo debes ser para ti, al igual que ser felices lo es en nosotras. Tus decisiones no tienen por qué pasar por el tribunal de lo social, simplemente puedes tomarlas o no, digna, libre y feliz.
Tu cuerpo no es un campo de batalla y esta poesía no es de trinchera. Tu cuerpo es un ente libre que sí que puede ser apresado por pugnas abiertas que duran la eternidad, por guantes que enganchan los cuerpos para dominar o ser dominados, por generales de ejércitos que sólo nos miden en tanto que cuerpos, por telas de arañas que no teje Aracne sino que las teje la contingencia. Tu cuerpo es libre de no librar batallas en él, Aracne teje la libertad que, paradójicamente, acaba por apresarnos si no tomamos las telas que nos brinda y hacemos de ellas nuestros propios firmamentos, nuestro propio telos. No lleves la batalla a tu cuerpo, si quieres batallar llévala fuera, llévala a donde tiene sentido la batalla; librar batallas en nosotros es dejarnos los cuerpos minados de cadáveres y ruinas humeantes, y nuestros cuerpos sólo se deben llenar de vida, de la brillante luz que somos y que ilumina.

Simplemente vive: compórtate como quieras, tira lo que quieras por la ventana, salta encima de la cama, duerme debajo, quema los papeles, piérdelos, despéinate , mánchate, llega antes, llega tarde, no llegues, sonríe, llora, a carcajadas ríete, déjate la puerta abierta, que pasen los gatos y el perro, pierde los trenes, las maletas, los barcos, los aviones … sé un impulso, sé chispita de vida, vuela libre, gana oportunidades, gánatelas, recibe con los brazos abiertos la pureza de esta naturaleza que no te quiere juzgar... ¡Se acabó ya el medirse, no hay por qué! ¡Da igual! porque de eso se trata, eso es la Vida.

Creo que la vida no es lo que hacemos bien o mal, creo que la vida es lo que hacemos libres, lo que hacemos, inocentes, desde el Amor.


Creo que no te quedan jabones bonitos en el baño

jueves, marzo 14, 2013

A la noche


La sensación que me descoloca,
que seca a la noche mi boca,
alborota y despoja de ropa
a mi pequeña cabecita loca.

Maldigo al extraño que arropa
la duermevela suave
que despacio,
despacio,
el alma me roba.

¿No es aquello que brota la última gota?
Normal que derrame,
a la noche,
los ríos de firmeza que el suelo no tocan.

Me ata mi toga de sogas,
me impide soñar.
Languidece,
mi luz ya no enfoca.
Otro aliento de luz se me opaca,
efluvio de vida que triste se escapa.

No es la lengua a la poesía paralela,
es sucia estratagema que pesa,
que quema.
No es el miedo al tiempo,
es otra cosa,
¿acaso no acosa el miedo al ocaso?

Es mi iceberg hoy, sin rumbo,
constante deshielo;
a marchas forzadas soplando fuego.
El fuego no es viento ni primavera:
es una boa que en suave seda envuelta,
me traga, me engulle, devora.
Y se va, dejando a su paso su aroma.

La ausencia
de mí mismo
en mí
es un nicho de muerte.

La basta figura del miedo atronador
haciendo del ocaso el filo de un hilo,
afilado y doliente cuchillo
que siembra mi tiempo de noches en vilo,
cortando, serrante,
el duro recuerdo de un cuerpo ahora frío,
frío.

A la noche me visto de llanto,
me envuelvo, me alambro
de espinos y clavos.
Me enquisto la vida,
encalla mi barco en barrenas de salmos.

domingo, marzo 03, 2013

El Final de la Guerra

(prohibido leer sin sentir)
http://www.youtube.com/watch?v=B9pPNg2d3eA&NR=1&feature=endscreen


 He quedado destartalado. Esta batalla ha durado mucho más de lo que a mí mismo me prometí, los muertos se cuentan por millones. Pero es una batalla distinta, es una batalla que pone final a una Guerra, la Guerra en la que te disputé al Destino, la Guerra que da vida.

 Esto no es un corazón, es una espada errante clavada en un corazón. Lo de mi pecho no era un nudo, era una soga marinera forjada en alta mar a las más bajas temperaturas. Ríos de tinta que han ahogado batallones, tempestades que se han llevado ejércitos, lágrimas brillantes que han devuelto la vida a gigantes, estampidas de mamuts que han arrollado emociones y han espantado miedos, cañonazos que en medio del mar han hundido poemarios enteros, nubarrones que se han abierto para dejar caer un miedo infeccioso que hoy el Sol hace desintegrarse, en amaneceres que han traído la Primavera y los trinos de los pájaros, montañas de cadáveres que escondían tesoros, ciudades eternas reducidas a recuerdos, invasiones oníricas repelidas por dragones, fuegos valirios que han derretido el Hielo en el que quedé congelado.

 Esta batalla se libró en mi ausencia. Estuve en coma. Y seguí luchando contra la Muerte, pues la Resistencia es transversal, y no hay frente perdido ni ganado, no hay batalla que yo diese por perdida, nunca. He hecho de un sueño profundo una batalla que he librado contra la Muerte y el Destino, en la que la Muerte se rindió cundo me alcé gigante sobre la espada que, clavada en mi pecho, derramaba a través de sí la sangre que estercola el pasado y destiñe el presente, la sangre que construye los frutos del futuro. He visto cómo mi fuerza no era física, cómo todo estaba por nacer, cómo de un alma humilde surgían huracanes y terremotos; cómo se tornaba de noche durante la Guerra y el Destino no presentaba batalla, simplemente huía contigo inerte entre sus brazos, como si de un titán absorto, autista, desorientado, se tratase, sin darme la opción de morir en sus manos, sin darme la opción de desatar el kaos, sin darme la opción de entregar mi vida a esta lucha, de mover con mis brazos el Tiempo y forzar a la Tierra a volver atrás, por tenerte. 

 Y alcancé al Destino, y en un valle de lágrimas llegó la Primavera y Tú fuiste, Tú tomaste forma sin avisar, en un momento en el que me creía perdido, condenado al ostracismo solitario, condenado a vivir en una soledad más que concurrida. Me creí condenado al desahucio de mi alma, a buscar como alma errante sin principio ni fin... y entonces todo tomó forma, y la forma fuiste Tú. De repente lo entendí: entendí que el contenido, todo este tiempo, habías sido Tú; que yo no tenía por qué morir como nada en hipóstasis de consuelo; que era posible, que no había por qué buscar y que podía, por fin, vivir, contigo, feliz.

 Y esto me abrumó: toda una vida buscándote y te he encontrado, y mi vida basada en buscar debería tomar ahora sentido, y lo que toma es miedo. Miedo a perderte, miedo a la vida, miedo en sus infinitas formas de expresión caído de una nube que todo lo cubre, tapando la faz de mi tierra. Y el miedo me cubrió hasta el pecho. Y lo que pensé que era miedo hasta el pecho resultó ser un nudo, un nudo hundido en lo profundo de mi pecho que ha paseado mi alegría, como un niño pasea su globo, durante todo este miedo; y por fin entendí la espada de mi pecho:
...
 la espada que un día me ensarté para librarme era la que hoy tenía que blandir para librarnos. Y me alcé con ella a tumba abierta, decidido a recuperarte del Destino, que huía incesante; y corté el miedo, y desangré al Tiempo; y el Destino cayó, torpe, tropezando, al suelo, dejándote caer en un grito, y desperté del coma. Y gané la Guerra, gané mi Libertad.

 Había perdido todas las batallas, pero sabía que no perdería la Guerra. He vencido al Destino y soy la Historia. El premio soy Yo, detengan al Tiempo.

domingo, enero 20, 2013

El desenlace de la felonía

No es paz porque es ironía, es otra cosa que no tiene nombre, sólo rabia y moralina tonta. Es como querer ser sacerdote orador de los tiempos en los albores de una civilización ridícula. Tiene tanto sentido como no tenerlo. Tiene tanto sentido ser Dios en este mundo como dejar de ser cualquier tipo de existencia. Ése es el precipicio, es esa la espada y la pared, de Damocles y de Palestina.


 No tiene sentido apretar el gatillo ni sentarse a esperar, sólo tiene sentido el arco y la flecha. Allí.


 Finis Terrae.


 Muere la tierra para parir el mar, empujando vientos, desatando huracanadas cuerdas de felonía, dando lugar al horizonte. Da lugar al horizonte que es mi casa, que es el único sentido.


 Lancé una flecha al viento del horizonte, y llegó tan lejos que traspasó los mares, y no le até cuerda a la flecha porque la cuerda era mi cordura, y entonces fui yo su rastro. Me deshice en los diecisiete mil millones de pedazos que componen mi cuerpo y fui mi alma atornillándose al viento, estirándose a lo largo del curso de la flecha, girando sobre sí misma. y fui agujero de gusano, fui un punto en el que ya existir no tenía ese halo de importancia, lo importante era trascender, trascenderse. La contemplación no era definitiva, porque lo definitivo es finito; era algo contemplativo, sí, pero como forma de vida.


 La flecha que atravesó el agujero de gusano no era mi cuerpo ni mi alma, era yo, en el último puerto del mundo queriendo estirar cada centímetro de mi cuerpo hacia ningún sitio, hacia el horizonte, mi casa.


 Si no escribo no armonizo, no me siento ingobernable y feroz.
 Siempre, ingobernable e feroce.