Es que no es que sea un poco, es
que es un todo hecho grande como un toro. Es que no es haber perdido la partida
ni las llaves, es haber estado mirando al mundo desde mi cabecita a mis pies y
de repente verme mirando al cielo y a lo lejos,
eso,
el mundo.
Y no es que de repente me piense
la luna ni busque la luz en la eternidad, ninguna mierda de esas, te aseguro
que lo que me pasa es que ayer daba golpes al mundo a plena luz del día, y
parece que hoy tengo que golpear el mundo a oscuras. Una pera gigante colgada
de la pared esperando que la golpee y balancearse, para mí, de noche.
Que a nadie se le olvide que esto
forma parte del entrenamiento, que estamos en pleno apogeo; al final va a ser cierto que la
Verdad nos habla desde un lugar tranquilo.